No teníamos pensado conocernos pero la vida cruzó nuestros caminos.
Capricho de los dioses tal vez? un juego
del destino?
nunca lo sabré, pero ese azar como al
lanzar los dados al cielo,
dieron los números perfectos: el 1 y el
4.
Al principio, tú largo cabello negro me
llamó la atención,
pero lo primero que conocí de ti, fue esa
virtud de velar por los demás.
Invitarte a salir fue mi primera
intención,
quién diría que con el tiempo te
convertirías en mi paz.
Tú, yo, la noche, unas cervezas y la
brisa del mar.
Armamos sin querer los mejores
ingredientes de nuestra receta,
así degustamos de cada momento en aquella
cita,
así me di cuenta que es tú sonrisa que me
completa.
Sabemos que no fue fácil construir lo que
tenemos,
y aunque muchas veces estuvimos a punto
de rendirnos,
nada parecía importar cuando estábamos
juntos,
porque somos los mejores cómplices del
mundo!
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