Y qué es lo que queda de una mujer distorsionada?
albergada en el insolvente afecto de una
plebeya,
insultos y políticas abyectas,
ternura pronunciada en otros verbos.
Le gusta el placer que no acontece a su
existencia,
y se retuerce virtuosa en su calamidad,
la observo taciturno e indiferente,
me habla y rompe su vestido de princesa,
para correr desnuda en su jardín de
minas.
Cenizas bizarras acompañan aquel momento,
palpitamos el éxtasis de ese momento,
encontramos la nomenclatura perfecta de
ese momento,
el odio es la base fundamental y casi
celestial de ese momento.
Una
algunos colonos de tierras remotas,
esfuerzos por alcanzar lo no entendido,
es mejor el silencio,
cuando hay tanto que decir.
Hola.
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